A mediados de febrero, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio inicio a las operaciones militares de ese país sobre Ucrania. El conflicto, que parecía de pronta resolución, se extendió en el tiempo, con pérdidas de vidas, daños estructurales en ambas naciones, crisis económica, y gran incertidumbre sobre la configuración del escenario mundial.
“Yo consideraba que sería una operación más corta. Varios analistas están llegando a la conclusión que hubo una falla en cierta apreciación de la inteligencia rusa. Cabe recordar que en los primeros días hubo una especie de llamamiento, de Rusia, para que las fuerzas militares de Ucrania tomaran el control de su país, que derrotaran a estos grupos violentos, radicalizados, neonazis, y así poder llegar a una resolución del conflicto rápidamente, pero esto, finalmente, no sucedió”, expresó el analista en geopolítica y especialista en temas de Rusia, Christian Lamesa. “El otro factor de la extensión del conflicto, a diferencia de lo que llega a Occidente tergiversado, es que las fuerzas rusas han intentado minimizar, a la mínima expresión, valga la redundancia, el ataque, o poner en riesgo a la población civil. Tal es así que Kiev no fue bombardeada, sino que hubo enfrentamientos en las afueras de la ciudad. Si se hubiese actuado de una forma totalmente agresiva, este conflicto hubiera sido mucho más corto”.
Respecto a si estamos en la puerta de una “Tercera Guerra Mundial”, Lamesa manifestó: “Desgraciadamente yo creo que sí. Estados Unidos está empeñado en la prolongación del conflicto. El alto representante para la Diplomacia de la Unión Europea ya dijo, en unas declaraciones que me parecieron muy desafortunada, por tratarse de un diplomático, que la única salida era la derrota militar de Rusia.
Un analista español, al cual respeto mucho, decía que se prevé la utilización de armamento nuclear táctico a pequeña escala, en este mismo año si la situación sigue incrementándose. Si esto se lleva a la práctica va a desatar un caos infernal, porque no habría limitación, se perdería el miedo a las armas nucleares”.
Por último, el analista internacional dio su visión acerca de si hay vencedores y vencidos, y quiénes son los mayores beneficiados en esta escalada bélica: “Si hay ´buenos y malos´; creo que es mejor y más gráfico ponerlo como buenas y malas intenciones. El mundo después de este conflicto no va a ser el mismo, claro está. De qué forma, aún está por resolverse.
El único beneficiado, hasta este momento, es Estados Unidos, aunque creo que va a ser un beneficio a corto plazo. Las acciones de las empresas del complejo militar industrial norteamericano en la Bolsa de Nueva York han subido de una forma vertiginosa. También el sector energético estadounidense está siendo muy beneficiado, como suele ocurrir a costa de la sangre de inocentes”.