La mayoría de los pacientes que saben o que fueron diagnosticados con COVID positivo, tuvieron fiebre o síntomas del tracto respiratorio superior o bien estuvieron expuestos a una persona infectada, es decir, contacto estrecho.
Sin embargo, aquellas personas que lograron sortear este escenario o bien sospechan de haber contraído la enfermedad, existe una prueba infalible: el diagnóstico a través de un análisis de sangre.
Este estudio, conocido también como inmunoglobulina, sirve para rastrear anticuerpos contra el SARS-CoV-2. “Cuando nos infectamos con Sars-CoV-2, nuestro sistema inmunitario lanza un contraataque de precisión al producir anticuerpos contra objetivos virales, específicamente las proteínas Spike (S) y Nucleocapsid (N)”.
Las inmunoglobulinas (anticuerpos) son proteínas de importancia vital que circulan en el torrente sanguíneo y realizan una amplia variedad de funciones. Influyen notablemente sobre el equilibrio de nuestro sistema inmunitario. El tipo predominante de anticuerpo en la sangre humana es la inmunoglobulina G (IgG).
Con el coronavirus, han sido muchas las diferentes pruebas que se han utilizado para saber si una persona está contagiada o no. Entre ellas, las pruebas PCR (poco fiables), que solo nos informan de si un individuo está en contacto con la COVID-19 en el momento de su realización; y los test serológicos, que permiten detectar los anticuerpos generados y la respuesta del sistema inmunológico al virus.
El problema de todas estas pruebas durante la pandemia han sido los falsos positivos y falsos negativos, por lo que nunca hemos tenido clara la fiabilidad de las mismas.
En los últimos días, el Consejo Superior de investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un nuevo test de anticuerpos con un 98% de fiabilidad que se producirán con el formato kit Elisa. Se espera que esta prueba permita conocer con casi toda la veracidad si una persona ha estado contagiada y si su sistema inmunológico ha reaccionado a la enfermedad.
Entre los tipos de anticuerpos, encontramos un total de cinco: IgA, IgE, IgD, IgM e IgG. En este caso, los más importantes son el IgM y el IgG, ya que si se analizan juntos, la información obtenida demuestra en qué fase de infección se encuentra la persona analizada. Por lo que estos test serológicos nos hablan de la presencia de IgM e IgG en la sangre.
IgM
En este caso, es la primera inmuglobina que se genera en la sangre después de la infección. Su desventaja es que no suelen ser muy efectivos. El máximo nivel en sangre se alcanza a las 2-3 semanas. Estos anticuerpos van desapareciendo a los 20 días de la superación del virus
IgG
Este se produce cuando la infección está bastante avanzada y puede permanecer hasta meses después de haber pasado la enfermedad. En su caso, se trata de anticuerpos más precisos y efectivos que los IgM, pero suelen tardar más en aparecer: entre los 10-14 días una vez se ha acabado con la infección. En su caso, empieza a desaparecer de la sangre a los 50 días de haber pasado la enfermedad.
Qué significa un positivo o negativo en los test serológicos
Teniendo en cuenta lo que significan los anticuerpos IgM e IgG, sabemos lo siguiente:
-Negativo: Si el resultado del test serológico da negativo en IgM e IgG, quiere decir que el paciente no ha contraído el virus, debido a que su sistema inmunológico no presenta rastro de él, pero estos resultados no excluyen la infección, por lo que si la persona sigue teniendo síntomas, deberá repetir el test a los 3-5 días.
-Positivo: Si el resultado da positivo en IgM e IgG, quiere decir que el paciente está en la fase aguda tardía de la infección.
-IgM positivo: Si el resultado da positivo en IgM y negativo en IgG, indica que el paciente está en la etapa aguda de la infección.
-IgG positivo: Si el resultado da positivo en IgG y negativo en IgM, indica que el enfermo está en la etapa de recuperación del virus.
Sin embargo y a pesar de su alto grado de fiabilidad, no todas las personas desarrollan una respuesta de anticuerpos detectables después de la infección.
CÓMO SABER SI TUVE COVID SINO PRESENTÉ SÍNTOMAS NI RESULTADOS POSITIVOS EN EL ESTUDIO CLÍNICO
En la actualidad existen informes reconocidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de personas con infección por COVID leve o asintomática que desarrollan “COVID Largo”: estos cuadros persistentes o recurrentes duran varios meses incluso después de la infección inicial.
CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE COVID LARGO
Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, fatiga física y mental, intolerancia al ejercicio, dolores de cabeza y dolor muscular y articular.
Sin embargo, la probabilidad de desarrollar esta afección parece mayor en aquellos que sufren un ataque inicial más intenso de la enfermedad de COVID.
Esto podría estar relacionado con una mayor carga viral en ese momento.