Los productores de trigo del oeste y centro de la provincia de Buenos Aires y norte de La Pampa, donde se concentra más de un 16% de la superficie nacional del cereal de invierno, dependen de lluvias en el corto plazo que mejoren el escenario del cultivo y amortigüen las mermas ya esperadas, mientras el 19,4 % de los cuadros se encuentran en plena espigazón, según un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
También la falta de precipitaciones y las frecuentes heladas sobre el sudeste de Buenos Aires continúan condicionando el crecimiento del cultivo y ya se prevén mermas en los rendimientos.
La entidad bursátil indicó que “a la fecha, un 15 % de los cuadros se encuentra en plena espigazón”, y agregó que “dicha región juega un rol clave en el aporte a la producción nacional con una participación media del 15,2 % del total durante las últimas cinco campañas”.
En el oeste bonaerense y norte de La Pampa se sembraron 597.000 hectáreas, en el centro 395.000; en el sudoeste 680.000; en el sudeste 835.000 y en la Cuenca del Salado 48.000 hectáreas.