El Gobierno nacional proyecta un crecimiento de la actividad económica del 4% y una inflación promedio del 57,4% para 2022, con un rango de entre 52 por ciento y 62 por ciento, precisaron esta tarde fuentes del Ministerio de Economía.
Los datos forman parte de la modificación del Presupuesto prorrogado de 2021, dictada hoy a través del DNU 331/2022, que establece también un PBI nominal de $ 76,5 billones en pesos corrientes para el 2022.
En esa misma línea, se anunciaron cambios en la política monetaria (con subas de tasas tanto para depósitos a plazo fijo como para créditos al consumo y a empresas) para incentivar el ahorro en moneda local, descomprimir la presión sobre los precios y potenciar la acumulación de reservas internacionales en el Banco Central.
“El objetivo del Gobierno es mantener un crecimiento sostenible y un fortalecimiento de las reservas internacionales. Estos instrumentos y medidas buscan reforzar esos objetivos, dándole consistencia al programa económico”, aseguraron en el Palacio de Hacienda.
En lo que respecta al dólar, las fuentes dijeron que “lo más prudente es mantener un tipo de cambio real sin variaciones de gran magnitud” dado el contexto actual, sin precisar cifras.
La modificación del Presupuesto está en línea con un principio de acuerdo alcanzado con el staff del Fondo Monetario Internacional, de cara a lo que será la reunión del Directorio del organismo el 24 de junio próximo, en el que se tratará las la revisión del primer trimestre del programa y eventuales ajustes para el segundo trimestre.
Según explican desde la cartera de Economía, el shock de la guerra entre Rusia y Ucrania afectó la estacionalidad de gastos y recursos del Gobierno, al adelantar y aumentar los desembolsos para cubrir las importaciones de energía, a la vez que ralentizó las ventas de los principales sectores exportadores.
Este cambio adelanta para el segundo trimestre una mayor demanda de gasto público no incluida en el programa original, que incluye, también, el refuerzo de ingresos para trabajadores informales para compensar la suba de alimentos.
“Tenemos una dinámica de gasto real más alto, antes de lo pensado. Por eso, la política monetaria y fiscal no puede quedarse quieta si queremos alcanzar tasas reales positivas en el mediano plazo y acumular reservas”, afirmaron las fuentes.
De todas formas, el Gobierno no modificará las metas cuantitativas anuales que fijó con el FMI: una acumulación de reservas internacionales de US$ 5.800 millones, un nivel de déficit primario equivalente al 2,5% del PBI y un nivel de asistencia monetaria al Tesoro por parte del Banco Central no mayor al 1% del PBI.
“Las importaciones de energía tienen una estacionalidad diferente que afecta el mercado de cambio. Por eso, la readecuación de la tasa de interés busca generar los incentivos para acumular reservas”, aseguraron las fuentes.
Aún así, manifestaron que el impacto a lo largo del año será “neutro” y que sólo se está “adaptando el presupuesto a un nivel de nominalidad mayor” y a cambios en la temporalidad del nivel de gasto.
Sobre la meta de inflación, fijada en 57,7% anual promedio, con un mínimo de 52% y un máximo de 62%, desde la cartera que conduce Martín Guzmán admitieron que se trata de “un objetivo ambicioso” pero que “en la medida que la readecuación de políticas económicas surta su efecto, se reduzca la incertidumbre por la guerra y se acumules reservas internacionales, la inflación tienda a ceder en los próximos meses”.
“De todas formas, si existen desvíos de estas metas, tendremos que readecuarlas”, reconocieron.
Originalmente, el Programa de Facilidades Extendidas firmado con el FMI establecía un nivel de inflación de entre 38 y 48 por ciento para 2022 y un crecimiento del PBI en un rango de entre 4 y 5 por ciento.